viernes, 8 de abril de 2011

EL CALVARIO, PRIMER TEMPLO CATOLICO DE MITLA.

El compromiso español de anexar a su fe millones de almas descarriadas en la etapa colonial temprana, hizo que los religiosos se internaran en territorio indígena. Esta conquista espiritual trajo a muchos eclesiásticos a México. 
La Corona dividió en jurisdicciones bajo la autoridad religiosa de obispos y órganos regulares de la Nueva España y la Provincia de Oaxaca fue asignada a los Dominicos quienes a su vez dividieron en congregaciones el territorio de Antequera.
Mitla no quedo fuera de esta modalidad. Refundada en 1528 recibió el título de congregación, título que abandono hasta el año de 1742 en que recibió el de pueblo.
Entre 1547 y 1555 llegan a Mitla el encomendero, el cura párroco acompañado por cuatro españoles y se hospedaron en los templos y palacios que se encontraban en la zona norte de la población, centro de adoración de los zapotecos y lugar de visita obligada cuando menos una vez en su vida, y el cura se alojó con sus sirvientes en el departamento central de lo que llamaban el monasterio de las sacerdotisas y que en ese tiempo se encontraban en buenas condiciones, la caída del techo, desperfectos en los edificios prehispánicos dio motivo para la construcción de la casa consistorial en el centro de la población, al suroeste de los palacios en el año de 1575.
Conforme a los datos existentes, los primeros eclesiásticos que estuvieron a cargo de los templos católicos fueron el capellán Juan de Durán, en 1544, el fraile dominico Lucero que llego a Oaxaca en 1528 y recorrió los valles centrales lo cual incluía a Mitla.
Al llegar al pueblo de Mitla, como carecían de un lugar para la administración de los sacramentos, para poder predicar convenientemente, solicitan a las autoridades que dispusieran su construcción.
Las autoridades acataron la indicación de citaron a todo el pueblo a dar su tequio, para levantar un salón, de 25 varas de largo por 10 varas de ancho, construidas sus paredes con adobe y el techo con madera y paja de dos aguas, y en uno de los extremos se construyó un pretil para que sirviera de altar.
           Este templo se edificó con sobre la pirámide dedicada al Sol en lo que actualmente se conoce como el grupo del adobe y es conocido por el pueblo como el Calvario, este era un lugar de peregrinaje y era el lugar más concurrido por los indios del valle. Este templo estuvo pintado y decorado para dedicarlo a San Pablo Apóstol, y el cura lo bendijo un 29 de Junio, quedando así establecido la fuerza de la iglesia sobre los adoratorios, espacios sagrados y de los dioses zapotecas. Comenzaban los zapotecas a pagar el precio de la conquista.

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